Este fin de semana acaba la primera vuelta de la Liga con un partido inaudito, y es que hace mucho que no se veía al Atlético de Madrid luchando por estas lides. En juego, mas que un campeonato de invierno, hay un buen chute de moral para los rojiblancos y una dosis de re-afirmación para el Barça de Martino. Desde la castellana estarán atentos los merengues, ante el dilema moral de preguntarse si por una vez en la vida no sería mejor que en vez de perder, el Barça empatara.
Sin embargo, el fútbol y la Liga van mucho más allá de estos tres aventajados. Una liga que este año se ha estructurado ante una curiosa composición puesto que parece una pirámide de cuatro plantas. En la punta están los dos colosos, compartiendo plaza con un Atlético de Madrid que de la mano de Simeone ha conseguido derribar las barreras presupuestarias y hacerse un hueco en la lucha por el titulo. La fe del cholismo mueve montañas.
En la segunda planta encontramos a un grupo ya más amplio de equipos que luchan por entrar en el Olimpo del fútbol, la Champions. De momento, el Athletic de Bilbao protege tal privilegio pero mucho le queda si quiere escuchar el año que viene el himno de la Champions en el nuevo San Mamés. Una lucha por la cuarta plaza que trae medalla de plata y de bronce en forma de Europa League.
Si seguimos bajando aparecen los equipos que reposan en la zona media de la tabla: Espayol, Málaga, Levante... Aquellos que al alzar la mirada son capaces de vislumbrar la lucha europea, aunque la amenaza del descenso les hace mantenerse firmes y realistas en su día a día. Europa es una ilusión atenuada por la amenaza de segunda.
Y por ultimo, la pirámide se amplia para la lucha de los más modestos. Nadie quiere estar en los puestos de descenso que ahora ocupan Celta, Rayo y Betis, pero una vez caes ahí ya no hay quién te saque. Cada partido es una lucha contra la ansiedad, en el campo más nervios que fútbol y al final del campeonato el esfuerzo transformado en sonrisas o lágrimas.
Así se plantea la Liga en esta primera vuelta, veremos como va la segunda, "sigan jugando" que diría el justiciero Lahoz.
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